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 Angina de pecho  

Se define a la angina como el dolor, opresión o malestar, sobre todo a nivel del pecho, que es debido a una falta de riego sanguíneo (lo que se conoce como isquemia) en el músculo cardiaco, también llamado miocardio. Este concepto es exclusivamente clínico, es decir, que su diagnóstico se basa en las características y circunstancias que acompañan a dicho dolor.
Causas de la angina de pecho

La isquemia responsable de este cuadro se debe a un desequilibrio entre la demanda de oxígeno del miocardio y el aporte que recibe del mismo. La causa más frecuente de isquemia miocárdica es el depósito de materias lipídicas (como el colesterol) en las paredes arteriales que nutren al corazón; a esto se lo conoce como ateroesclerosis.

Por lo tanto, se puede decir que la angina de pecho es una manifestación clínica del cese de flujo sanguíneo en el corazón. Como consecuencia de esta falta de oxígeno, se altera el metabolismo del músculo cardiaco y ciertas propiedades de este, como son su elasticidad, su contractibilidad y otras. Además, también se produce la liberación de ciertas sustancias que estimulan las terminaciones nerviosas y provocan el dolor característico de la isquemia miocárdica. Sin embargo, hay veces en las que esta falta de flujo sanguíneo al corazón no se acompaña de dolor, lo cual dificulta bastante el diagnóstico. En estos casos se habla de isquemia silente.

La angina de pecho es el cuadro inicial más frecuente en los pacientes con lesiones cardiacas por déficit de flujo sanguíneo; es decir, por cardiopatía isquémica. Pero también hay otras formas de manifestación como son el conocido infarto de miocardio y la muerte súbita


Síntomas de la angina estable


El enfermo típico con una angina de pecho estable es un varón mayor de 50 años, con factores de riesgo de lesión coronaria (tabaquismo, hipertensión, diabetes, concentraciones altas de colesterol…), que presenta una molestia a nivel torácico (pecho) que comienza de forma progresiva cuando realiza esfuerzos de una determinada intensidad. Esta sensación se describe como malestar, opresión, compresión, asfixia o, incluso, ardor o dolor sordo, siendo más frecuente que se trate de una molestia que de un dolor franco. El paciente localiza esta sensación desagradable en el tórax, siendo típico que se toque el esternón para ubicarlo, aunque no es raro que exista difusión del dolor hacia los lados, o incluso que aparezca en otra zona del pecho, en el cuello, en la mandíbula, en los brazos, o a nivel del estómago.

El dolor anginoso podría extenderse a otras partes del cuerpo como son el hombro izquierdo o ambos brazos, hacia ambos lados del pecho, hacia la parte alta del cuello y mandíbula, etcétera. Aunque esto es más propio de las formas agudas de la isquemia miocárdica, como son la angina inestable o el infarto. En cuanto a la duración de este cuadro, el episodio suele oscilar entre cinco y diez minutos, siendo siempre inferior a treinta minutos.

El desencadenante del dolor suele ser el ejercicio físico, aunque existen otro tipo de circunstancias que también podrían provocarlo como es, por ejemplo, una emoción intensa (estrés, angustia, miedo, frustración…). En algunos pacientes la molestia se desencadena siempre con la misma intensidad de ejercicio (se habla entonces de umbral fijo), mientras que, en otros, un mismo ejercicio provoca la molestia a unas horas pero no a otras (umbral variable). Cuando finaliza el esfuerzo desencadenante los síntomas diminuyen, o incluso desaparecen, como máximo de uno a cinco minutos después de su conclusión. Lo mismo sucede cuando se administra nitroglicerina sublingual, que es un fármaco cuya acción consiste en aumentar el diámetro de las arterias coronarias, provocando de esta forma una mayor entrada de sangre y oxígeno al corazón.
Síntomas asociados

Son también importantes los síntomas que acompañan al dolor, como la presencia de fatiga durante la molestia y los denominado síntomas vagales o vegetativos, que son por ejemplo la sudoración fría, las náuseas y los vómitos…
Clasificación de la angina estable

Es interesante clasificar la angina de esfuerzo según su gravedad clínica y la limitación funcional que impone al paciente. Así, la Canadian Cardiovascular Society divide el cuadro en cuatro grados:

Grado I. La actividad física ordinaria del día a día no causa dolor; este aparece con los esfuerzos muy intensos, rápidos o prolongados.
Grado II. Limitación leve de la actividad física; el dolor aparece al caminar con paso normal dos o más travesías, o subir más de un piso.
Grado III. Limitación acusada de la capacidad funcional; el dolor se presenta al subir un piso o caminar con paso normal una travesía.
Grado IV. Incapacidad para llevar a cabo cualquier actividad física sin la aparición de angina; el dolor puede aparecer en reposo.

Síntomas de la angina inestable

Las características del dolor son similares a las de la angina estable, pero con algunos matices que lo definen como inestable. Así, suele ser un verdadero dolor opresivo, con sensación de agobio, en vez de una simple molestia. Tiene mayor intensidad que el de la angina estable, pero menor que en el infarto. La extensión hacia otras partes del cuerpo es más frecuente, sobre todo hacia el cuello, ambos lados del pecho, los hombros y los brazos. Es muy característica su forma de inicio, siendo típico que se origine durante el reposo; o que, habiéndose iniciado hace menos de seis semanas, sea muy intenso; y también que tenga una intensidad cada vez mayor.

También pueden aparecer síntomas acompañantes como sudor frío, náuseas y vómitos.

El mecanismo de producción de la angina inestable es similar al del infarto de miocardio, por eso este cuadro es más cercano a un infarto que a la angina estable.


Tratamiento de una angina de pecho


Ver tratamiento de la angina estable
Ver tratamiento de la angina inestable

Angina estable

El tratamiento tiene dos objetivos: aumentar la supervivencia y controlar los síntomas para conseguir una mejoría en la calidad de vida.

El plan terapéutico debe consistir en: la explicación de la enfermedad con actitud tranquilizadora; la identificación y el tratamiento de los factores agravantes; la adaptación de la actividad; un tratamiento farmacológico, y la consideración de técnicas de revascularización.
Detección y control de los factores de riesgo cardiovascular

El primer paso es el control de los factores de riesgo, fundamentalmente de la tensión arterial, el tabaquismo, la dieta rica en grasa y el alcohol.

Además, existen algunas enfermedades que pueden precipitar la angina de pecho como son: las lesiones de las válvulas del corazón, la hipertensión arterial, el hipertiroidismo, alteraciones del músculo cardiaco, enfermedades pulmonares, etcétera. Por esto, tanto su identificación como su tratamiento son un paso fundamental para el control de este cuadro.
Educación del paciente

La educación del paciente ocupa un lugar importante en el tratamiento. Es imprescindible que entienda bien su enfermedad, por lo que se debe dar toda la información posible a estos pacientes, animándolos a desarrollar una vida normal.

El paciente debe conocer cuáles son los esfuerzos que desencadenan su angina para evitarlos, así como cuáles son los momentos del día donde presenta menor tolerancia al ejercicio, como la primera hora de la mañana, inmediatamente después de las comidas y durante la época de frío. Por otro lado, es recomendable la práctica diaria de ejercicio moderado como, por ejemplo, caminar, ciclismo, tenis…, teniendo siempre en cuenta que todo esto dependerá de la sintomatología y gravedad de cada paciente.


Tratamiento farmacológico

Durante la crisis de dolor. En esta fase el tratamiento de elección es la nitroglicerina que, como se ha indicado, actúa aumentando el diámetro arterial, con la consiguiente llegada de más flujo sanguíneo al corazón. El paciente debe recibir información sobre su modo de empleo para las posibles crisis futuras. La nitroglicerina debe tomarse tan pronto exista dolor, o incluso antes de realizar actividades que presumiblemente van a desencadenar un episodio de angina. Si con estas medidas el dolor no cede, debe sospecharse la posibilidad de un infarto de miocardio.

Tratamiento a largo plazo. Se considera que el uso de aspirina (u otro antiagregante), de estatinas (para disminuir los niveles de colesterol), de betabloqueantes (para disminuir la demanda de oxígeno) y de los IECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina que regulan la presión sanguínea) mejoran claramente la supervivencia y previenen acontecimientos isquémicos futuros, por lo que su empleo es indispensable, siempre que no existan contraindicaciones para su uso.
Restablecimiento del flujo sanguíneo

En los pacientes en los que la angina no se controla con el tratamiento médico, o cuando todavía existe miocardio en riesgo (es decir, que hay una lesión isquémica activa), el mejor tratamiento es aquél que permita restablecer el flujo de sangre al corazón (revascularización miocárdica). Existen dos técnicas que permiten tal cosa: la angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP) o la cirugía con injerto venoso o arterial.

La angioplastia consiste en la dilatación del segmento de arteria coronaria que presenta el compromiso del flujo sanguíneo mediante cateterismo. Para mantener esta dilatación se pueden emplear unos tubos de malla de acero autoexpandibles (stents) que se colocan en el interior de la arteria y se fijan allí para que no se vuelva a estrechar.

La cirugía mediante injerto (tejido transplantado) es la intervención de cirugía cardiaca más frecuente en la actualidad. En este caso, se sustituye la arteria comprometida por un injerto (se trata de un vaso sanguíneo de otra parte del cuerpo que se transplanta en el corazón), que puede ser arterial o venoso, solucionando así el problema de la reducción de aporte sanguíneo.
Angina inestable

Todo paciente con angina inestable debe ingresar en un hospital, donde se controlará constantemente. En cuanto a los fármacos a emplear son los mismos que en la angina estable, junto con anticoagulantes (heparina).

Posteriormente, y dependiendo de cada caso, se procederá o no a la realización de una coronariografía (visualización de los vasos coronarios), con el fin de encontrar la lesión causante y tratarla mediante revascularización.


Fuente: DR.AL SADI NASSER
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El alcohol

Foto de: Enfermería en México


La menstruación  (el período)


constituye una etapa fundamental de la pubertad en las niñas y es uno de los muchos indicios físicos que señalan que una niña se está convirtiendo en mujer. Y al igual que muchos de los otros cambios asociados con la pubertad, es posible que la menstruación genere confusión en las niñas (y en los varones). 
 
Algunas niñas anhelan tener su primera menstruación, mientras que a otras les genera temor o ansiedad. Una gran cantidad de niñas y varones no comprenden exactamente cómo es el sistema reproductor femenino y lo que sucede realmente durante el ciclo menstrual, lo que hace que este proceso parezca aún más misterioso.
La pubertad y el período 


Cuando las niñas comienzan a transitar la pubertad (que suele empezar entre los 8 y 13 años), su cuerpo y su mente cambian de muchas maneras. Las hormonas de su organismo estimulan nuevos desarrollos físicos, como el crecimiento y el desarrollo de los senos. Una niña tiene su primera menstruación entre 2 y 2 años y medio después de que los senos han comenzado a desarrollarse.

Alrededor de 6 meses antes de tener su primer período, una niña puede notar la presencia de una cantidad mayor de flujo vaginal transparente. Este flujo es común. No hay motivo para que una niña se preocupe por el flujo, salvo que tenga un olor fuerte o cause picazón.

El primer período recibe el nombre de menarca. La menarca no aparece hasta tanto todas las partes del aparato reproductor de una niña hayan madurado y estén funcionando en conjunto.

Las niñas nacen con ovarios, trompas de Falopio y útero. Los dos ovarios tienen forma ovalada y se ubican uno a cada lado del útero (matriz) en la pelvis, que es la parte más baja del abdomen. Los ovarios contienen miles de huevos u óvulos. Las dos trompas de Falopio son largas y delgadas. Cada trompa de Falopio se extiende desde el ovario hasta el útero, un órgano con forma de pera que se ubica en el medio de la pelvis. Los músculos del útero femenino son fuertes y capaces de expandirse para permitir que el útero aloje al feto en crecimiento y luego ayudan a pujar durante el parto.

A medida que una niña madura e ingresa en la pubertad, la glándula pituitaria libera hormonas que estimulan a los ovarios para que produzcan otras hormonas: estrógeno y progesterona. Estas hormonas influyen de varias maneras en el cuerpo de una niña, tanto en la maduración física como en el crecimiento y las emociones.

Alrededor de una vez por mes, un diminuto óvulo abandona uno de los ovarios -lo que se conoce como "ovulación"- y se desplaza a través de una de las trompas de Falopio hacia el útero. En los días previos a la ovulación, el estrógeno estimula al útero para que se recubra con sangre y tejidos adicionales, de modo que sus paredes se vuelven más gruesas y acolchadas. De esta manera, el útero se prepara para un embarazo. Si el óvulo llega al útero y es fertilizado por un espermatozoide, se adhiere a la pared acolchada del útero, para luego convertirse poco a poco en un bebé.

Por el contrario, si el óvulo no es fertilizado -lo que ocurre en la mayoría de los ciclos mensuales de una joven-, no se adhiere a la pared del útero. Cuando esto sucede, el útero elimina el tejido adicional que recubre su interior. La sangre, el tejido y el óvulo sin fertilizar abandonan el útero y atraviesan la vagina para ser eliminados del cuerpo. En esto consiste el período menstrual. Este ciclo ocurre casi todos los meses durante varias décadas (salvo, por supuesto, cuando la mujer está embarazada) hasta que la mujer llega a la menopausia y sus ovarios ya no liberan óvulos.
¿Con qué frecuencia tiene su período una joven?

Así como algunas niñas ingresan en la pubertad antes que otras, lo mismo ocurre con el período. Algunas jóvenes comienzan a menstruar a la temprana edad de 10 años, pero otras quizá no tengan su primer período hasta que ellas tengan 15 años.

La cantidad de tiempo entre un período y otro se denomina ciclo menstrual (el ciclo se cuenta desde el inicio de un período hasta el inicio del siguiente). Algunas jóvenes tienen ciclos menstruales de 28 días, mientras que otras tienen ciclos de 24, 30 días o más. Después de que menarche, ciclos menstruales duren 21-45 días. Después de que un par de años, los ciclos acorten a una longitud adulta de 21-34 días.

Los períodos irregulares son comunes en las jóvenes que acaban de comenzar a menstruar. El organismo suele tardar algún tiempo en ordenar todos los cambios que están ocurriendo, por lo que una joven quizá tenga un ciclo de 28 días durante dos meses y luego no menstrúe un mes o tenga dos períodos con apenas unos días de diferencia entre uno y otro, por ejemplo. En general, después de algunos meses, el ciclo menstrual vuelve más regular. Sin embargo, muchas mujeres siguen teniendo períodos irregulares cuando ya son adultas.

A medida que una joven crece y sus períodos se acomodan -o ella se acostumbra a su propio ciclo menstrual-, podrá prever cuándo tendrá su próxima menstruación. Mientras tanto, es una idea buena de seguir su ciclo menstrual con un calendario.
¿Cuánto dura y en qué cantidad?

La duración del período también varía. Algunas jóvenes tienen períodos que duran sólo 2 ó 3 días, mientras que otras tienen períodos de 7 días o más. El flujo menstrual -la cantidad de sangre que sale de la vagina- también puede variar mucho entre una mujer y otra.

Algunas chicas pueden preocuparse que ellos pierden demasiado sangre. Puede ser un golpe de ver toda esa sangre, pero es improbable que una chica perderá demasiado, a menos que ella tenga una condición médica como la enfermedad de von Willebrand. Aunque puede parecerse a mucho, la cantidad media de sangre es sólo acerca de 30 mililitros por un período entero. La mayoría de los jóvenes cambiarán almohadillas 3 a 6 veces un día, con cambios más frecuentes cuando su período está más pesado, generalmente en el comienzo del período.

Especialmente cuándo períodos menstruales son nuevos, tu puede estar preocupado por tu riego sanguíneo o si tu período es normal en otras maneras. Hable con un médico o la enfermera si:

tu período dura más largo que una semana
tu tiene que cambiar su almohadilla muy a menudo (empapando más
de una almohadilla cada 1-2 horas)
tu va más largo que 3 meses entre períodos
tu tiene sangrando en medio períodos
tu tiene una cantidad excepcional de dolor antes o durante su período
tus períodos fueron regulares entonces llegó a ser irregular


Dolores cólicos, síndrome premenstrual y granos


Algunas jóvenes quizá perciban cambios físicos o emocionales durante su período. Los dolores colicos menstruales son bastante comunes; de hecho, más de la mitad de las mujeres que menstrúan manifiestan tener dolores cólicos durante los primeros días de su período. Los médicos consideran que los dolores cólicos son causados por la prostaglandina, una sustancia química que produce la contracción de los músculos del útero.

Según la persona, los dolores cólicos menstruales pueden producir un dolor leve y constante, o uno agudo e intenso, y en ocasiones se sienten en la espalda y los muslos, además de en el abdomen. A medida que la joven crece, estos calambres suelen volverse menos molestos y, en ocasiones, llegan incluso a desaparecer por completo.

Mientras tanto, muchas jóvenes y mujeres toman algún fármaco de venta libre, como ibuprofeno o acetaminofeno, que alivian los calambres menstruales. Darse un baño tibio o aplicar calor en la parte baja del abdomen también sirven para aliviar estos dolores. Además, el ejercicio regular durante el ciclo menstrual ayuda a aliviar los dolores cólicos en algunas mujeres. Si nada de esto funciona, debes consultar a tu médico.

Algunas jóvenes y mujeres se sienten deprimidas o se irritan con facilidad durante los días previos al período. Otras quizá se enojen con mayor rapidez o lloren más de lo habitual. Algunas jóvenes tienen antojo de comer ciertos alimentos. Es posible que estos cambios emocionales se deban al síndrome premenstrual o PMS (por su sigla en inglés).

El PMS se asocia con cambios en las hormonas del organismo. Debido a que los niveles hormonales aumentan y disminuyen durante el ciclo menstrual de la mujer, pueden afectar el modo en que ella se siente, tanto en lo emocional como en lo físico. Algunas jóvenes, además de experimentar sentimientos más intensos de lo habitual, perciben cambios físicos durante su período. Algunas se sienten hinchadas a causa de la retención de líquidos; otras notan que sus senos están hinchados y doloridos, y hay quienes tienen dolor de cabeza.

El PMS suele desaparecer poco después del inicio del período, pero es probable que vuelva a aparecer mes tras mes. Los médicos recomiendan que las jóvenes que padecen el PMS hagan ejercicio para sentirse mejor. Algunas jóvenes notan que limitar el consumo de cafeína alivia el PMS.

Es común que las jóvenes tengan un brote de acné durante algún momento de su ciclo. Esto también se debe a las hormonas. Por suerte, los granos asociados con el período suelen dejar de ser un problema a medida que las jóvenes crecen.
Toallas higiénicas, tampones y protectores diarios

Cuando estás menstruando, necesitas usar algo que absorba la sangre. Puedes optar por una toalla higiénica o un tampón.

Hay tantos productos a la venta que quizá debas probar varios antes de encontrar el que mejor se ajusta a tus necesidades. Algunas jóvenes sólo usan toallas higiénicas (en especial, cuando comienzan a menstruar), otras sólo usan tampones y hay quienes alternan; por ejemplo, usan tampones para el día y toallas higiénicas durante la noche.

El período no debe convertirse en un obstáculo para hacer ejercicio, divertirse y disfrutar de la vida. Las jóvenes que son muy activas -sobre todo, las que disfrutan nadar- prefieren usar tampones mientras practican deportes.

Si tienes dudas acerca de las toallas higiénicas, los tampones, o sobre cómo manejarte mejor con tu período, háblalo con tu madre, alguna profesora a cargo del curso de salud y alimentación, una enfermera o una hermana mayor


Fuente: DR.AL SADI NASSER
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Cefalea 




¿Qué es la cefalea?

Causas
Síntomas
Tipos
Diagnósticos
Tratamientos


Última actualización: Viernes, 6 de Agosto de 2010 - Actualizado a las 10:47h.
¿Qué es?

La cefalea o dolor de cabeza representa una de las formas más comunes de dolor en la raza humana. Generalmente el dolor de cabeza se presenta de forma intermitente. Las formas más frecuentes corresponden a la migraña o jaqueca y a la cefalea de tensión.

Tanto las cefaleas crónicas como las recidivantes pueden provocar dolor y angustia, pero es infrecuente que reflejen un problema grave de salud. Sin embargo, cualquier cambio en el patrón o la naturaleza del dolor de cabeza podría ser el síntoma de un problema grave (por ejemplo, un dolor que era esporádico cambie a frecuente, o de leve a agudo), y por este motivo se debería solicitar la asistencia médica lo antes posible.


Causas

Herencia: una gran mayoría de pacientes migrañosos tienen padres o hermanos con migraña. Aunque la forma de herencia no está totalmente establecida, en algunas formas especiales de migraña (migraña hemipléjica familiar) ya se ha identificado el gen que la transmite situado en el cromosoma 9.
Edad: existe migraña en la infancia; aunque es menos frecuente. A estas edades la migraña se presenta por igual en niños y niñas. A partir de la pubertad y debido a los cambios hormonales, se dispara la incidencia de migraña en las mujeres.
Estrés: Es independiente del tipo de estrés y de los factores que lo desencadenan.
Alimentos: chocolate, cacao, vainilla, plátano, frutos secos, cítricos, aditivos de comidas basura, salchichas, quesos fermentados, picantes (alimentos que contengan sustancias con tiramina, glutamato monosódico).
Alcohol: independientemente del tipo, sin embargo, los vinos tintos que contienen taninos suelen desencadenar migraña con mayor frecuencia.
Cambios hormonales: la incidencia de la migraña se dispara en las mujeres tras la aparición de la menstruación . La migraña suele empeorar con la ovulación y la menstruación, así como con la toma de anticonceptivos orales. El embarazo suele mejorar transitoriamente la migraña y muchas mujeres mejoran extraordinariamente cuando desaparece la menstruación.
Cambios climáticos: no existe un patrón climatológico para la migraña.
Falta o exceso de sueño.
Fármacos (vasodilatadores, nitritos, etc...).

Síntomas de Cefaleas

El dolor puede localizarse en una parte de la cabeza o puede afectar a toda la cabeza de forma más general. La intensidad del dolor suele ser moderada o severa, y con cierta frecuencia puede ser incapacitante para el paciente, obligándole a acostarse y suspender toda su actividad.

La frecuencia de los episodios es variable, oscilando entre uno y 4-5 al mes.
La duración de una crisis de migraña generalmente no sobrepasa las 24 horas, aunque pueden ser muy breves (3-4 horas) o muy largas (hasta 3 días).
Alteraciones visuales (manchas negras, luces brillantes, distorsión visual, etc), alteraciones de la sensibilidad (hormigueos), fuerza (debilidad) o del lenguaje. De forma más excepcional la crisis de migraña se puede presentar con alteraciones de la coordinación, equilibrio y visión doble.

Tipos de Cefaleas

La migraña o jaqueca es un trastorno constitucional con base hereditaria que se caracteriza por presentar episodios recurrentes de dolor de cabeza. Se localiza en una parte de la cabeza (hemicraneal) o en toda la cabeza, tiene carácter pulsátil con sensación de latido y se acompaña de náuseas y ocasionalmente vómitos, así como de un malestar exagerado por las luces (fotofobia) y por los ruidos (fonofobia). Habitualmente el dolor se desencadena en relación a diversos estímulos como estrés, menstruación, ciertos fármacos o alimentos, cambios climáticos o esfuerzo físico. Es un dolor que generalmente empeora con la actividad física y mejora con el reposo.

La cefalea de tensión se presenta en forma de dolor que se localiza en la región occipital de la cabeza o en la frente, alcanzando en ocasiones a la región cervical. El dolor es de moderada intensidad (menos que la jaqueca) y no suele acompañarse de náuseas, fotofobia o fonofobia. Tampoco suele empeorar con el ejercicio físico. Suele estar presente todo el día y generalmente no suele impedir a la persona desarrollar su actividad física habitual. Algunos pacientes con cefaleas episódicas comienzan a desarollar dolor de cabeza con mayor frecuencia e intensidad, hasta el punto de presentarlas a diario o la mayor parte de los días. Esta situación generalmente se asocia a un consumo elevado de analgésicos y ergóticos, lo que se ve favorecido por el amplio y fácil acceso que presentan el consumo de estos fármacos, habitualmente tomados sin prescripción médica.
Cefalea crónica diaria. Representa un grupo de cefaleas caracterizadas por la frecuencia casi diaria del dolor de cabeza. Presentan dolor de cabeza más de 15 días al mes durante al menos 3 meses. En la mayoría de los casos se trata de pacientes que previamente habían presentado migraña o cefalea de tensión. Con frecuencia, se presentan asociadas a un elevado consumo de analgésicos y ergóticos, generalmente por automedicación.

Diagnósticos

El médico debe realizar una cuidadosa historia clínica preguntando por:

Las características del dolor (pulsátil)
La localización (hemicraneal o frontal)
El tiempo de evolución del dolor
Los factores que lo desencadenan o agravan (menstruación, estrés, etc...)
Los factores que lo alivian
Los síntomas que se asocian al dolor (náuseas, vómitos, fotofobia, fonofobia) También se ha de preguntar si existe algún síntoma que preceda al dolor, como alteraciones de la visión (luces brillantes, manchas negras, defectos de visión, alteraciones de la sensibilidad, etc). Otra pregunta es por los antecedentes familiares, por si tiene algún familiar que padezca cefaleas similares a las suyas (generalmente existe algún antecedente). A continuación se realiza una exploración física y neurológica (se puede destacar la exploración de reflejos con un martillo, la auscultación craneal con un estetoscopio o la exploración el fondo de ojo, por ejemplo).

Tratamientos


En primer lugar se debe saber que tipo de cefalea es el que sufre el paciente. El tratamiento farmacológico consiste en betabloqueantes y antidepresivos y analgésicos antiinflamatorios en la fase aguda de la dolencia. Las técnicas de relajación son otras de las opciones para rebajar los dolores, al igual que llevar una dieta


Fuente: DR.AL SADI NASSER
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Autoexamen de seno


Conozca los seis pasos para realizar correctamente el autoexamen de seno.

El examen personal de seno es uno de los métodos más eficaces y que tiene la mujer a su alcance para el diagnóstico precoz del cáncer de mama.
Este examen consiste en la palpación detallada de cada seno para detectar la aparición de alguna alteración o anormalidad.

Es muy importante que se realice cada mes con el fin de que la mujer se familiarice con la apariencia y consistencia de sus senos.

Instrucciones para practicar correctamente el autoexamen de seno.
1Paso 1:
Colóquese frente a un espejo, observe y revise ambos senos en busca de hoyuelos, desviaciones del pezón o descamación de la piel, especialmente en la areola.
2Paso 2:
Mirando fijamente el espejo, coloque las manos detrás de la cabeza y manteniéndola fija, presione los codos hacia adelante, observando si hay hundimientos en la piel, el pezón o abultamientos.
3Paso 3:
Con el mismo fin, coloque las manos sobre las caderas y haga presión firmemente hacia abajo, inclinándose levemente hacia el espejo impulsando los codos y los hombros hacia adelante.
4Paso 4:
Levante el brazo izquierdo por detrás de la cabeza con el codo en alto y con la mano derecha examine su mama izquierda.

Inspeccione de manera cuidadosa deslizando en forma circular los tres dedos intermedios de la mano alrededor del seno, comenzando en la periferia de la parte superior izquierda hasta llegar al pezón. Ponga especial cuidado en el área de la mama que se encuentra entre el pezón y la axila. Realice el mismo procedimiento en el seno derecho, ahora examinándose con la mano izquierda. Este paso puede realizarse acostada, ya que el tejido se extiende y facilita la palpación o en la ducha porque los dedos con el jabón se resbalan más fácilmente.
5Paso 5:
Es importante que la mujer esté atenta a sus senos y si observa un signo de alarma como secreción espontánea amarillenta o sanguinolenta, no inducida; acuda de inmediato al especialista.
Paso 6:
Los médicos recomiendan, además, realizar el paso número 4 acostada boca arriba con una almohada o toalla doblada debajo del hombro. Levante el brazo y colóquelo sobre la cabeza. Esta posición distribuye el tejido mamario uniformemente sobre la región central y permite entrever mejor las lesiones tumorales pequeñas. Con la mano derecha palpa el seno izquierdo. Como se indicó en el paso 4, lo mismo con el seno derecho.
6Por último, no olvide visitar al especialista por lo menos una vez al año, así le será más fácil prevenir o detectar a tiempo la enfermedad.

Fuente: Profamilia Colombia
http://www.profamilia.org.co/index.php?option=com_content&view=article&id=340%3Aautoexamen-de-seno&catid=56%3Aautoexamen-de-seno&Itemid=1






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